La dura tarea de un aspirante a alcalde el día de las elecciones

Esto es un relato de ficción sobre las elecciones municipales y autonómicas que se celebran hoy en España. Todo parecido con la realidad es pura coincidencia. El texto es largo y se puede leer en capítulos, pero en ese caso avisadme y hago un libro y a ver si me forro.


– Aaauuuuuaaahhhhhh quééee sueeeeoooaaahhhhhññooo.

Martín se despegaba las legañas con la espátula aquella mañana del veintisiete de mayo del 2007. Había amanecido nublado, mal día para ir a votar si se ponía a llover durante la jornada electoral. Martín no deseaba que la gente se quedara en casa, necesitaba sus votos, así que se puso sus botas camperas, su camisa de lino y su chaqueta de felpa y salió de casa en busca del manido voto útil.

– Maldita sea, ya se me han olvidado los pantalones.

Martín se colocó los pantalones con sumo cuidado y se abrochó el cinturón para evitar posibles desastres en mitad de la calle. No iba a ser un buen negocio para su candidatura el que el alcalde recibiera a sus ciudadanos dando saltos como un pingüino con los pantalones a la altura de los tobillos.

Se lavó la cara, se peinó con la raya al lado y no se drogó al acabar de peinarse. Seguidamente se echó desodorante por encima de la chaqueta y se lanzó a la calle a comprar unos cuantos churros en el bar de al lado. El Bar Vero. Ese bar lo regentaba un hombre mayor, canoso, vamos, que le gustaba mucho los perros. Un hombre muy chistoso, sí. Cada vez que llegaba un cliente nuevo le hacía mirar el cartel del bar mientras le decía: «¿Lo pillas? ¿Lo pillas?». Martín se pidió 100 gramos de churros y le echó un vistazo al diario del pueblo.

«Sondeos: La intención de voto para Martín Pascueto es un 18% menor que en las anteriores elecciones. Un pacto entre el Partido Sinvergüenza y el Partido Mecambiodechaqueta podría echar de la alcaldía al Partido de los Jetas« Mierda. Mierda, y más mierda. Tengo que hacer algo.

Las ideas empezaron a pulular por la cabeza del alcalde. ¿Qué podría hacer aquel buen hombre para conseguir los votos de sus ciudadanos? Si durante la campaña no los había podido convencer tendría que pasar a la acción con tácticas modernas. Al momento le vino la idea a la cabeza, y si tarda más me cago en su madre que no hay tanto espacio para que se lo piense demasiado dentro de este texto.

– ¡Ya lo tengo! Llamaré a mi cuñado que me podrá ayudar seguro…

Media hora más tarde Martín y su cuñado Pepe estaban delante de la puerta del asilo del pueblo. Uno armado con su labia y el otro con un Minibús y papeletas del Partido de los Jetas.

– Hoooola abuelitos míooos – empezó Martín con su peloteo habitual -. ¿Que no os lleva nadie a votar? Va – acercándose a un abuelo con cara de malas pulgas – ¿por qué no me vota usted, ya que le llevo? Recuerde, el Partido de los Jetas.

El abuelo no tardó en sulfurarse.

– ¿¿¡¡¡ Qué le vote quèeèèghhh !!!?? ¿¿Yo?? ¡Que luché en la gue… ¡Atjó! ¡Atjó! Brrouaaaghhhhh aaattchhúuuu ¡¡Atjó!! ¡Cof! ¡En la gueerra civighhh! ¡A ti no te voto!
– Pero si eso ya pasó hace muchísimos años hombre…
– ¡¡Que nooogghh!! ¡Rojo mághh que…! ¡Attjjóo brroaghhh! ¡¡Rojo!!
¡Cojo lo será tu puta madre! – saltó un abuelo sordo… Y cojo.
– Mire – insistió Martín – no es tan difícil, viene usted con nosotros en el minibús, que tenemos canciones de Manolo Escobar de fondo, y luego pone la papeletita en la urnita y ya está todo hechito. ¿Eh? ¿Qué le parece?
– ¡¡Me cagonlosmuertos de Manolo Escobaaaghhhhhh!! ¡Siempre lo he odiado! ¡Vete a tomá po culo yaaaagghh!

Parecía que la idea de ir al asilo en busca de votos no iba a ser muy fructífera. Consiguieron reunir en cuestión de cinco horas la friolera de dos abuelas sordas, una en estado vegetativo, dos abuelos ciegos («¿A dónde me llevái mamoneee?») y cuatro más a rastras. Nunca está de más saber lo efectivos que son unos cuantos bates de beisbol. Es por un bien común, luchar contra la abstención.

De todas formas, a pesar del éxito incontestable en la residencia de ancianos la cosa estaba muy fea para conseguir dar un vuelco a las encuestas electorales y alcanzar de nuevo, por cuarta legislatura consecutiva, la alcaldía del pueblo. La cuestión era que si ni siquiera con los ancianos colaba lo de colocarles la papeleta y a los bebés aún no se les permitía votar; así pues, tenían que pensar cómo conseguir más votos sin recurrir a métodos tan viles como el putas gratis para todos. Entonces, el cuñado Pepe tuvo una idea.

– Mira Martín, el cementerio.

El cementerio. ¿Quién lo iba a decir? Con lo vagos que eran en el ayuntamiento seguro que todavía no habían sacado del censo a la mitad de los muertos del pueblo.

– Pepe, ¿no tendrás una pala por ahí?
– Por supuesto, ¿quién no tiene un minibús y además una pala dentro?
– Sabía que no me fallarías. En estos relatos todo concuerda enseguida.

Ni corto ni perezoso y a plena luz del día, Martín, el señor alcalde, se dirigía al cementerio con una pala a desenterrar los muertos que necesitara para poder ganar las elecciones. Caminando a paso ligero llegó a una zona de arbolitos tristes que les llaman Sauces Llorones para hurgar más en su herida y empezó a cavar. Clac, zas, clac, zas, clac, zas. Iba sacando arena a más no poder.

Detrás suyo apareció un hombre. Tardó más segundos de la cuenta en hablar y se llevó unos buenos kilitos de arena en la cara. Después de toser varias veces y expulsarse el polvo arenil le dijo:

– ¡Atjó! ¡Atjó! ¡Oiga, señor alcalde, ¿qué hace?!
Martín se giró, vió al sepulturero y siguió a lo suyo.
– Nada, no es de tu incumbencia.
– Hombre, un poco sí. Piensa que yo me encargo de mantener esto, y si me haces un agujero en mitad del jardincito luego tengo que arreglarlo. Y me toca los cojones, ¿sabes?
– Bien, te lo diré, estoy intentando sacar un muerto.
– Aaah, me parece muy bien, pero oye, ¿no sería más fácil que fueses a los nichos que están en forma de muro? Es que hace años que no enterramos a nadie bajo tierra, ¿sabes?
– Eemmm. Voy – Martín se fue con una gota de sudor frío cayéndole por la espalda.
– Pero… ¡Un momento! – saltó el sepulturero -. ¿Qué piensa desmontarme el chiringuito o qué?
– ¡Te pagaré una subvención especial!
– Mmmm, esto suena bien, ¿pero no tienes una oferta mejor? No sé, ¿putas gratis?
Martín empezó a pensar: «Maldita sea, yo que no quería caer tan bajo y encima a este, que con la cara que tiene esto de las putas me va a salir por una pasta, en fin, aceptaré».
– Está bien, te pagaré las putas.
– Bien, pues vayamos a sacar a los muertos más actuales que no haya dado tiempo de sacarlos del censo…

Una hora más tarde ya tenían a 40 muertos en el minibus junto a los abuelos. Los ciegos saltaron: «Aquí huele raro Paco«. Los maniatados asustados querían huir y Pepe, el cuñado, los tranquilizó con el micro del minibús: «Tranquilos, esto es sólo para votar, vuestra vida no corre peligro, bueno, de unos cuantos mucho peligro ya no puede correr no…»

Cuando llegaron a la mesa electoral todo fue como un camino de rosas, si no hubiera sido por el olor claro. Los interventores estaban en la hora del almuerzo, como siempre, y los que recogían las papeletas estaban en la parra.

– Uy, ese hombre, vaya cogorza que pillaría anoche. ¡Aaay, que no estamos para estos trotes yaaaa! – Y le dió un golpe en la espalda. Un par de huesos cayeron al suelo, pero todos pensaron que era una broma.

Todo fue como la seda. Los abuelos votaron, los muertos también y así sucesivamente durante todo el día gracias al minibús de Pepe y la ayuda inestimable del sepulturero putero. Martín, gracias a su esfuerzo, el sudor de su frente y su preocupación por el bienestar de sus electores ganó las elecciones y fue reelegido alcalde. Pero en sus adentros tenía una punzada, como una sensación de haber hecho algo mal. Sí, había ofrecido putas gratis, ¿cómo se puede caer tan bajo?

P.D: Próximamente en sus pueblos favoritos. Tiempo al tiempo.

11 Respuestas

  1. Boro dice:

    Morri un post un poquito largo ¿ehhh??. ¡¡Pero he aguantado y lo le leido entero!!!(Me merezco un diploma por lo menos) xD. Podrias haber sacado un cuento de titulo: ¡¡¡Tierra tragame!!! XDDD

    Saludos

  2. Zuviëh dice:

    xDDDDDDDD

    ¡¡Pero esto ya ha sucedido!! En los Simpson. :P

  3. morri dice:

    Boro: Así me gusta, leyendo, que luego dicen que la juventud no lee xDDD

    Zuviëh: Jajaja, pues ese capítulo no lo he visto mecagonlaputa. Ya me dirás qué temporada y qué capítulo XDDD

  4. maerbale dice:

    pucherazo, pucherazoooo!!!

    surrealista, sí, pero se acerca demasiado a la realidad… XDD

  5. Nissae dice:

    Pero aquí hay lagunas sin esclarecer..
    el alcalde le paga las putas una por noche o todas la misma hora?
    Es por sabes si sobrevivió el sepulturero…

  6. morri dice:

    Maerbale: Ya te digo, ya mismo lo intenta alguno xDD

    Nissae: Le paga las putas durante su legislatura claro. Si no de qué. XDD

  7. Rodavlas dice:

    He visitado tu blog… y me ha llamado mucho mucho mucho la atención el anterior post… «Primeras impresiones de Piratas del Caribe 3» INTERESANTE ¡¡¡

    Saludos

    http://www.elsilencioenblanco.blogspot.com

  8. Fiesta de Colores dice:

    jajajajaj que bueno el relato! xD

  9. morri dice:

    rodavías: Me alegro que te haya llamado la atención, puedes poner el comentario en el post que toca, los leo todos ^^

    Fiesta de colores: Muchas gracias ^^

  10. lokuela dice:

    Wenas, mmmmm estas viejas artimañas de votos de los muertos se daban en la historia de España en tiempos de la edad media (asi son los seres humanos que por el poder resucitan hasta a los muertos oyes jeje)aunque lo de sacarlos de la tumba me parece que no se daba, que estos lo solucionaban todo con papeletillas falsas y comprando gente jeje.

    De todas formas veo que le das bastante a la imaginacion, sigue asi que la imaginacion es lo ams bonito que tenemos.

    Saludos

  1. 30/07/2012

    […] Ahora que están los juegos olímpicos en la boca de todo el mundo no estaría de más que declaráramos en España el acto de robar como deporte olímpico. Con sus categorías y todo: a-salto con pértiga, slalom con policías o cien metros lisos con cartera ajena. Y con categorías a niveles superiores como tiro a la hacienda pública o esgrima sus argumentos para su defensa señor político. Porque además en política tenemos el récord mundial y olímpico de mangantes y corruptos. Aunque lo preocupante no es tener muchos corruptos ostentando posiciones de poder. Lo realmente preocupante es estar seguros de que pondríamos la mano en el fuego por muy pocas personas a nuestro alrededor, a las que creemos capaces de hacer exactamente lo mismo si tuvieran algún carguito. […]

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