La leche de soja está asquerosa

"¡Prefiero el whisky para el desayuno! ¡Puej!"

«¡Prefiero el whisky para el desayuno! ¡Puej!»

Que me perdonen todas esas marcas de leche de soja que hoy en día hacen su agosto con esta plaga primermundista que nos azota en los últimos tiempos: la intolerancia a la lactosa. ¿Qué les pasa a los niños de hoy en día con la lactosa? ¿Antes no había intolerantes? ¿Es un acuerdo bajo mano entre digestólogos mundiales y los fabricantes de soja? El caso es que las leches vegetales pueblan las estanterías de los supermercados a pesar de saber a rayos y truenos. ¿Por qué se la bebe la gente?

Es una pregunta que me asaltó el otro día porque desgraciadamente estuve unos cuantos días con una gastroenteritis del cagarse. Valga la redundancia. Podéis estar tranquilos, no voy a entrar en detalles. Es algo que siempre te dice la gente cuando les mencionas que has estado con cagaleras. «Oye, no me des detalles». ¿Qué se piensan? ¿Que voy a traerle una muestra en plan: «Por si no te lo creías. Líquida y espesa. Toda tuya»? Qué asco, ¿verdad? Pues más o menos como la leche de soja. Qué mala está.

Pero diréis, ¿y qué tiene que ver su gastroenteritis con la leche de soja? Pues resulta que tuve que ir al médico ante tal coyuntura y éste me mandó lo que se llama «dieta astringente«. Eso consiste en que te prohíbe prácticamente todo lo que está bueno, comes poquito, te cuidas y lo mejor de todo es que te hinchas a manzanas al horno. Entre las obligaciones de la dieta estaba abandonar la leche entera de vaca y pasarme a la leche vegetal. Esto me permitió conocer la leche de almendra, sorprendentemente rica, y la maldita leche de soja que probé con grandes dosis de puejh, agh, bergh, puaj, ugh; esas onomatopeyas que usamos habitualmente cuando no sabemos describir algo que nos da un asco de la releche.

La leche de soja es como beberte una sopa de guisantes fría y sosa. Tiene un sabor horripilante y no sé como hay niños que lo beben. Verduras a la plancha, no; pero la leche de soja bien que se la tragan. ¿Cómo los han engañado tan bien? ¿Qué tiene que no soy capaz de ver? ¿Me falta una papila gustativa? ¿Por qué la gente la consume? Es, yo qué sé, como si la gente se tomara jarabes de la tos por gusto. Que dicen que saben a naranja, pero una mierda que yo he tomado naranjas y no saben así.

Alguien tenía que decirlo, noto excesiva comprensión por la leche de soja. Prensar legumbres para tomarlas en el desayuno nunca pensé que hubiera sido una buena idea. Después de probarlo como sustituto de la leche deseé muy fuerte ponerme bueno enseguida, aunque por suerte la de almendra salvó los muebles. Afortunadamente la gastroenteritis pasó, pero ha servido para apiadarme de todos esos niños intolerantes a la lactosa cuyos padres torturan con el sabor de la leche de soja. Ánimo, chavales.

2 Respuestas

  1. Eduardo Yurén dice:

    Comparto tu punto de vista, he buscado dejar la leche de vaca por muchas razones y siempre tuve la curiosidad de probar la leche de soja la cual pensé sería el sustituto ideal para la leche de vaca, pero después de tomarla por primera vez quede tan asqueado por varios días que fue el fin de mi historia con ella y precisamente pensé como hay gente que puede tomarla.

  2. bardulio dice:

    A mí en cambio la de vaca me parece una asquerosidad imbebible y desagradable que me puede producir hasta acardas y la de soja me parece mucho más suave…para gustos colores. De todos modos la mejor leche vegetal es la de arroz y coco y la de avellanas. La de almendra o avena también están bien.

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