Termina en el hospital por un orgasmo de 3 horas

Hay a quien le cuesta llegar al orgasmo durante el coito, sin ir más lejos se realizan cursos para aprender el arte del orgasmo. Pero hay otras que van sobradas en el tema. Es el caso de la protagonista de una nueva noticia loca. Esta señorita llamada Liz disfrutó de un orgasmo durante tanto rato que terminó sufriéndolo. Si estaba fingiendo, hay que decir que había llevado la mentira demasiado lejos.

La cuestión es que no. No fingía. Más le hubiera gustado a ella haber tenido un novio con gatillazo. Por lo visto el hombre le dio de lo suyo con tanta pasión que le debió tocar el punto O – el que va después del G, el H, el I y todo lo que se menea – y le lió una pajarraca en el parrús que la pudo volver loca. Al principio todo bien por terminar satisfecha, pero la cosa empezó a preocuparle cuando el gusto no se le iba ni mirando fotos de la Duquesa de Alba en bikini.

En El mundo está loco hemos conseguido acceder a los archivos de la NSA – que lo escuchan todo – y hemos podido oír la conversación que mantuvieron tras el polvazo:

– «¿Te ha gustado, cariño?»
– «Mucho…OoooOOooooOooh»
– «Va, no exageres tonta. Tampoco ha sido para tanto»
– «No exageroooOOooooOoooohhhggh, oiggh, ¿qué me pasaaaaaAAaaaAAAagh?»
– «No sé, te noto rara. Nunca te has corrido durante tanto rato.»
– «Ya te digoooOOooooOOooogh»

Total, que no se le iba el gustirrinín. Al cabo de una hora la cosa empezaba a ser preocupante ya, principalmente porque el suelo de su vivienda ya era una pista de patinaje. Liz empezó a sentir miedo y a darse cuenta de que algo no iba bien. Entre el tembleque en las piernas y el suelo enfangado no estaba para caminar mucho. Así que al cabo de dos horas ya vieron que no era normal y la llevaron de urgencias al hospital. Sinceramente, ya que el orgasmo le dure más de un minuto le debía de haber empezado a hacer sospechar, ¡pero no sé cómo serían los polvos en esa casa!

Al cabo de tres horas, finalmente el orgasmo desapareció. Eso sí, antes de que se acabara el éxtasis placentero estuvo probando mil remedios para que se le pasara. Sin éxito, claro. Probaba de saltar una y otra vez; ¡o incluso a beber vino para ver si volvía loco al sistema nervioso! ¡Pero si todo el mundo sabe que el vino las pone más cachondas! Peor el remedio que la enfermedad. A todo esto el novio está muy triste y desvalido porque después de el orgasmo de 3 horas, Liz ya no quiere saber nada del sexo hasta dentro de seis meses. Está más que saciada y deseando descansar. El sexo ya no le da buenas vibraciones.

[Noticia original] (Sin exclusivas de la conversación ni nada)

Gracias Patri por pasarme el link.