Asaltan una casa a semen armado

En el apartado de noticias locas de esta web estoy por hacer una sección nueva que se llame «robos creativos» . Porque el caso que nos ocupa hoy de crímenes pluscuamimperfectos se lleva la palma. Un chaval de 21 años decide poner fin a las deudas que unos señores tienen pendientes con él. Temas de drogas y demás malas hierbas. Así que como no le pagaban decidió personarse en la casa de los morosos para reclamar su dinero a base de amenazas. Decidió tomarse la justicia por su mano. Tan por su mano que se hizo una pajilla – probablemente varias – y rellenó una pistola de agua con sus fluidos corporales.

Así fue como se inventó la pistola de semen. Un arma la mar de amenazante a la par que pegajosa. Y asquerosa. Excepto para alguna actriz porno que sin dudar se ducharía con ella. Es más, después de esta noticia quizá algún genio del porno decide adaptarlo a alguna de sus pelis: «Arma semental 2» con ComeMel Gibson. Así pues se inauguraría la nueva modalidad porno llamada Gun Bang.

El caso es que la cosa no fue exactamente así. El chaval, de nombre Eric Michael Miller – es un dato por si os agrega al Facebook rechazarlo -, no pudo salirse con la suya tan fácilmente porque no trazó un plan especialmente ingenioso. Aunque fue con dos compañeros a asaltar la casa, cuando fue a reclamar su pago los deudores no estaban allí. Para desgracia del compañero de habitación, que sí que estaba allí y aunque no tenía nada que ver con el tema se llevó un buen susto y una buena cantidad de ADN en su cara.

Sí, lo amenazaron y lo retuvieron incluso con armas reales; pero cuando le dispararon lo hicieron con la de semen. En vez de decirle: «Pudiera haber sido peor, mira que este lleva una 9mm y te hubiera dejado frito en vez de lefado», Eric le soltó esto al pobre desgraciado: «Ahora estás como el resto de mis furcias, empapado de mi lechita«. No exactamente así porque el tío no hablaba castellano y mucho menos dice lechita. Bueno, nadie dice lechita. Pero para que os hagáis una idea y eso.

El hombre mancillado, después de presumiblemente una ducha de tres horas, llamó a la policía para denunciar el caso. Incomprensiblemente a la policía no le costó mucho encontrar al maleante. Quién lo iba a decir con tanto ADN suyo adornando cual gotelé las paredes de la habitación del pobre desafortunado. Solo le faltó dejar el DNI boca arriba en la entrada y un número de contacto. «Deténganme aquí, horarios a convenir, de 15:00 a 20:00, gracias». Genios del delito.

[Noticia original]

P.D: Gracias a mi compañero de trabajo Alexis por ponerme al tanto de la noticia.